Quito, 7 de junio de 2018
Redacción FIDAL
“Un docente es un actor social, es alguien que tiene en sus manos el cambio”
Así define a sus colegas Jorge Albuja Tutiven, ganador del X Concurso Nacional Excelencia Educativa.
Este joven docente se consagró como el mejor maestro ecuatoriano gracias a su proyecto Museo de la Diversidad Cultural (Mudic), que forma parte de los programas del Colegio Americano del Puerto principal, en donde él imparte clases.
En este décimo año del Concurso participaron más de 100 maestros de todas las provincias y, luego de una minuciosa evaluación, el proyecto de Albuja fue considerado como el mejor de esta edición, por lo que se hizo acreedor a 10.000 dólares y un viaje a Dubai para participar en ceremonia del Global Teacher Prize.
En la siguiente entrevista se conocerá más sobre el Mudic y cuáles son los planes futuros de Albuja.
1. ¿Cómo empezó su carrera como docente?
Todo inició porque en 2010 trabajaba como asistente pedagógico del Museo Municipal de Guayaquil. Durante un año trabajé creando programa, guiones, manejando grupos, haciendo talleres… y en ese tiempo me di cuenta de que la educación era un camino importante en mi vida.
Luego gestioné y busqué la manera de aprender formas de pedagogía y al terminar mi carrera de Turismo, decidí estudiar Educación.
2. ¿Qué significa ser maestro para usted?
Pienso que un docente es un guía, es un mediador de la realidad, de los procesos y de las habilidades de los estudiantes, es quien encuentra en ellos su potencial y les ayuda a explotarlo de muchísimas formas. También un docente es un actor social, es alguien que tiene en sus manos el cambio.
3. ¿De qué se trata el Mudic? ¿Cómo nació la idea de este museo y a qué se proyecta en un futuro?
El Mudic es un museo escolar con un modelo constructivista, holístico y social que tiene como objetivo registrar y difundir la cultura de estudiantes, profesores y padres de familia del Colegio Americano de Guayaquil.
Además, quiere crear una comunidad consciente de su realidad cultural, promover derechos culturales, producir talleres y muestras de saberes no formales y de realidades culturales en la ciudad puerto, etc.
El proyecto nació como un programa de patrimonio, en el que los saberes formales entraban en discusión con los saberes no formales y, justamente, el patrimonio era el elemento más importante.
Después nos dimos cuenta de que la interculturalidad era un valor que se debía alcanzar para fortalecer el intercambio de conocimientos y de las historias que tejían en este taller, que luego se vislumbra como un museo escolar que discute sobre el concepto formal del mismo, en Guayaquil.
4. ¿Qué comentario merece su experiencia en el Concurso de Excelencia Educativa?
La experiencia en Quito con los colegas fue muy valiosa porque más allá de una competencia, era un grupo de profesores que compartían sus conocimientos e iban a aprender nuevas cosas. Este grupo se fortaleció mucho, mantenemos un contacto permanente y surgió la idea de crear junto con FIDAL una red de educadores para intercambiar experiencias, robustecer metodologías, hacer acciones conjuntas, etc.
Ser el mejor maestro del Ecuador es una designación muy valiosa no solo para mí, sino para todos los maestros que queremos un cambio en nuestros espacios. Me enorgullece venir de una ciudad y de una región históricamente marginada en muchísimos aspectos y ver que se están creando cambios a través de sus maestros.
5. ¿Qué proyectos vendrán luego del Mudic?
Vamos a crear, dentro del Museo, un laboratorio de ideas para producir investigación y permitir que los estudiantes puedan compartir y crear desde lo interdisciplinario diversas acciones. Vamos a ser un espacio cooperativo con otros clubes del colegio para fortalecer la identidad y las habilidades de los estudiantes, profesores y padres.
6. ¿Qué mensaje darías a los profesores del país y de Iberoamérica para generar cambios en la educación?
Profesores de Ecuador e Iberoamérica debemos integrarnos más. Unidos y organizados podemos hacer un mayor cambio. Las redes de trabajo que existen deben fortalecerse, los encuentros físicos y virtuales deben ser reales y sostenibles; creo que tenemos que empezar a escribir una nueva historia de nuestros países con un concepto de identidad regional para profundizar a través de las experiencias de nuestros estudiantes lo que significa ser iberoamericano, ser ecuatoriano en el siglo XXI.