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Se busca un estadista

Quito, 03 de agosto de 2023

 

El sentido común no basta. En los complejos momentos que vive el país, requerimos un estadista; es decir, un magistrado preparado, que discierna, sienta y actúe como gobernante para todos y no para un partido, movimiento o grupo económico-social.

El Estado no es un ente ajeno o diferente a los ciudadanos. “El Estado es la sociedad jurídicamente organizada”, según Hans Kelsen. Es equívoco mirar al Estado como una estructura a la que hay que defraudar, perjudicar o saquear. El control social, a través de la participación responsable y libre de los ciudadanos es clave para fortalecer la democracia.

Se ha confundido al Estado con el Gobierno; no son similares. El Estado es la organización política, regulada por la Constitución o Carta Magna, que ejerce el poder soberano dentro de un territorio. El Gobierno comprende las instituciones dirigidas por representantes elegidos por el pueblo o designados por autoridades competentes, para cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes en el marco de un plan de gobierno, a través de funciones estatales: ejecutivo, legislativo, jurisdiccional y electoral.

Los gobernantes deben ser estadistas. Para la RAE, el estadista “es la persona experta en asuntos del Estado o en política”. De este concepto se deduce que el estadista es una persona versada en cuestiones estatales -no en cualquier disciplina o actividad-, que implica el dominio y ejercicio de las Ciencias Políticas, Económicas, Sociales, Internacionales y las Ciencias de la Seguridad y el Desarrollo.

La improvisación es ajena a un estadista. El pueblo debe elegir a un magistrado, con la ciencia y la conciencia de su papel, en las graves circunstancias que afronta la República. Un líder que conduzca al país con sabiduría y templanza.

Busquemos, por tanto, un estadista de la talla de insignes hombres y mujeres que dieron lustre al Ecuador, y no de quienes lo mancillaron. Su hoja de vida debe ser limpia, con experiencia probada, eficiente y confiable; un magistrado, gerente de la empresa pública más grande -el Estado-, apasionado por servir al bien común y digno de su investidura.

Fausto Segovia Baus

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